ESG en la práctica: más allá del discurso
El valor de una empresa no solo se mide en números, también en impacto.
Hoy las siglas ESG (ambiental, social y gobernanza) están en boca de todos.
Inversionistas, reguladores y directorios lo exigen. Pero la gran pregunta es:
¿El ESG está en la cultura de tu empresa o solo en los reportes?
En Evampro creemos que llegó el momento de dejar atrás el discurso y llevar la sostenibilidad a la práctica.
ESG vs RSE: ¿qué cambia realmente?
- Durante años, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se asoció principalmente a iniciativas voluntarias, de carácter filantrópico o vinculadas a la buena voluntad corporativa.
- El enfoque ESG (Environmental, Social & Governance) representa un paso más allá. No se trata de acciones puntuales, sino de integrar estos criterios en la estrategia y en la cultura organizacional.
Esto implica que influyen directamente en la manera en que la empresa toma decisiones, produce y se relaciona con su entorno.
En otras palabras, el ESG ya no es un complemento, sino la forma en que se construye valor y sostenibilidad en los negocios de hoy.
¿Qué significa ESG en simple?
- E (ambiental): uso responsable de recursos, gestión de residuos, acción frente al cambio climático.
- S (social): diversidad, inclusión, condiciones laborales, relación con comunidades.
- G (gobernanza): ética, transparencia, toma de decisiones y rendición de cuentas.
En Chile, la Norma 461 de la CMF exige que las empresas integren sostenibilidad y gobierno corporativo en su memoria anual. Pero cumplir con un papel no basta si no cambia la forma de gestionar.
El riesgo: cuando ESG es solo etiqueta
Muchas empresas caen en la trampa de mirar el ESG como un requisito administrativo. El resultado:
- Reportes extensos que nadie usa.
- Indicadores que no reflejan cambios reales.
- Equipos que ni siquiera saben cómo aplicar el ESG en su día a día.
Así, el ESG se convierte en un slogan bonito, pero no en una palanca de valor.
ESG en lo cotidiano (ejemplos reales)
El ESG no está solo en grandes planes, sino en las decisiones diarias:
✔Ajustar turnos para mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
✔Revisar proveedores para asegurar prácticas responsables.
✔ Transparentar información relevante frente a la comunidad.
En Chile ya existen señales claras:
- La Ley 21.015 de Inclusión Laboral establece que las empresas con 100 o más trabajadores deben incorporar al menos un 1% de personas con discapacidad en igualdad de condiciones.
- La Norma NCh 3262:2012 de Igualdad de Género y Conciliación es un estándar voluntario que impulsa la equidad y el balance trabajo–vida personal, respaldado por el Sello Iguala–Conciliación.
Son ejemplos de cómo lo social y la gobernanza ya no son opcionales: son gestión empresarial moderna.
Nuestra mirada en Evampro:
El ESG no es marketing ni moda pasajera. Es:
- Estrategia inteligente.
- Cultura organizacional viva.
- Garantía de productividad y continuidad en el tiempo.
Acompañamos a las empresas a aterrizar los grandes marcos internacionales en acciones concretas que se reflejen en su cultura, resultados y relaciones con su entorno.
Reflexión final
El desafío no está en aprender qué significa ESG, sino en atreverse a aplicarlo con coherencia.
Cada decisión, por pequeña que parezca, puede transformarse en una práctica sostenible que deje una huella positiva.
Te invito a seguir esta conversación y a explorar juntos cómo llevar el ESG desde las palabras hasta la gestión real.
Y atención: este es solo el comienzo. En nuestro próximo artículo compartiré un enfoque práctico, pensado especialmente para empresas que buscan pasar del discurso a la acción.



